viernes, 21 de abril de 2023

Epigenética. No sólo somos lo que está escrito.

 

¿Sabes qué es la epigenética y por qué es tan importante para entender la vida? En este artículo te voy a contar los últimos descubrimientos de esta rama de la ciencia que estudia cómo el ambiente puede influir en nuestros genes y en los de nuestros hijos.

La epigenética (del griego epi, en o sobre, - genética) es el estudio de los mecanismos que regulan la expresión de los genes sin una modificación en la secuencia del ADN que los compone. Establece la relación entre las influencias genéticas y ambientales que determinan un fenotipo. El fenotipo es el conjunto de características observables de un organismo, como el color de ojos, el tipo de sangre o la altura.

Los genes son como instrucciones que le dicen a nuestro cuerpo cómo funcionar y cómo desarrollarse. Pero nuestros genes no son como un libro que se lee de principio a fin, sino que tienen unas marcas que indican cuándo y cómo se deben leer. Estas marcas se llaman modificaciones epigenéticas y pueden ser de varios tipos, como la metilación del ADN o la acetilación de las histonas. Por lo tanto, no todos los genes se expresan (se activan) todo el tiempo. Algunos se encienden o se apagan dependiendo de las condiciones del ambiente, como la temperatura, la luz, la alimentación o el estrés. Estos cambios en la expresión génica pueden afectar a nuestra salud, a nuestro comportamiento y a nuestra personalidad.

La epigenética nos ayuda a entender cómo nos adaptamos al ambiente en el que vivimos, cómo se desarrollan nuestros órganos y tejidos, cómo envejecemos y cómo se originan algunas enfermedades. La epigenética también nos explica por qué somos tan diferentes entre nosotros y con otros animales, aunque tengamos un ADN muy parecido. Por ejemplo, las abejas obreras y las reinas tienen el mismo ADN, pero son muy distintas en su aspecto y comportamiento. Esto se debe a que las reinas se alimentan de una sustancia llamada jalea real, que provoca cambios epigenéticos en sus genes y las hace crecer más y vivir más tiempo.

La epigenética nos revela que nuestros genes no son inmutables, sino que pueden cambiar según nuestras experiencias. Por ejemplo, se ha demostrado que el estrés, la alimentación, el ejercicio o el tabaco pueden alterar nuestras marcas epigenéticas y afectar a nuestra salud o a la de nuestros descendientes, ya que podemos transmitir a nuestros hijos o nietos estas marcas epigenéticas que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida por la exposición a ciertos factores ambientales. Esto no quiere decir que cambiemos nuestro ADN, sino que le damos unas instrucciones diferentes para su lectura. Por ejemplo, se ha demostrado que los hijos de padres que sufrieron hambruna o estrés tienen más riesgo de padecer obesidad, diabetes o depresión.

La epigenética reinterpreta los conceptos clásicos y reconoce nuevos mecanismos a través de los cuales la información contenida en el ADN de cada individuo es traducida y transmitida. Se está descifrando un nuevo lenguaje del genoma, al tiempo que debe introducirse la noción de que nuestras propias experiencias pueden marcar nuestro material genético de una forma hasta hace poco
desconocida, y que estas «marcas» pueden ser transmitidas a generaciones futuras.

La epigenética es una ciencia muy joven y todavía hay mucho por descubrir. Pero ya nos está enseñando que no somos solo lo que está escrito en nuestros genes desde la concepción, sino que también somos lo que vivimos y lo que nos rodea. Y que tenemos la capacidad de influir en nuestra propia biología y en la de nuestros descendientes.

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